Alimentos, vivienda, vehículos y carburantes sufren fluctuaciones constantes como consecuencia de la oferta y la demanda así como de la coyuntura económica internacional. Pescadores, agricultores y transportistas son algunos sectores que están a sufrir estas consecuencias negativas que merman, considerablemente, las cuentas de explotación de sus empresas y demandan soluciones de las diferentes administraciones públicas, principalmente de Madrid y Bruselas.

Las crisis o desaceleración económica, como ahora gusta decir a muchos responsables políticos, que sufre el sector pesquero de altura y bajura no es consecuencia únicamente del incremento del precio de los carburantes. Son muchas las causas y los tiempos de bonanza económica están ya más que superados.

Fueron demasiadas las ayudas económicas otorgadas alegremente para buques de nueva construcción, para desguace y modernización de otros y en cambio poco o nada se pensó en la propia rentabilidad pesquera del sector de cara al futuro.

Ahora nos encontramos con grandes y modernos buques, con menores capturas y precios bajos por la falta de regulación del mercado y de la propia implicación del sector en la fase de comercialización de las especies que capturan. Hay cooperativas y organizaciones de productores que colocan sus productos directamente en los grandes centros de venta evitando así la intervención de intermediarios y generando un mayor valor añadido a su arduo y penoso trabajo.

El 2013 esta cada vez más cerca y la Unión Europea dejará de subvencionar a los sectores productivos y va siendo hora de que sectores primarios como la pesca y la agricultura subsistan por sus propios medios y como cualquier otra empresa privada cuyo objetivo es la generación de rentabilidad económica, de lo contrario están abocadas a su desaparición y quedarían únicamente las

rentables.

Los fondos públicos son para el conjunto de la sociedad y no para unas pocas empresas, casi siempre las mismas, que cuando obtienen beneficio económico miran para otro lado y cuando las cosas van mal acuden a las ayudas públicas.