Hasta aquí hemos llegado, pero de aquí no podemos pasar. Durante meses la Iglesia Católica sufrió -por parte de los laicistas- toda clase de agresiones e insultos, acusada injustamente de "meterse en terreno político", por orientar a sus fieles en cuestiones morales.

Ahora pretenden los nacionalistas organizar la Liturgia Católica metiéndose -esta vez realmente- en terreno que no les incumbe. Ateos y agnósticos dictan las pautas de las celebraciones religiosas, exigiendo el idioma y la música "litúrgica" a su aire... ¿Sabrán qué significa coherencia?

El Domingo de Ramos, después de la Procesión, y de la bendición a los niños, la banda municipal dio fin a este acto, estrictamente religioso, interpretando el Himno gallego (indudablemente la música es agradable pero profana y totalmente ajena a lo sagrado). ¿Qué relación hay entre el mitológico y pagano Breogán y la Pasión del Señor? Si se trata de mezclar churras con merinas (lo secular con lo sacro) ¿por qué no se interpretó a continuación la Marcha Real, que es el himno que representa a toda España? Al fin y al cabo, es más propio para aludir a la Realeza de Nº Sr. Jesucristo. Y así -una de cal y otra de arena- todos contentos...

Este episodio ocurrió a la puerta del templo, en la calle. Pero, según dicen, se pretende que este himno del caudillo Breogán se interprete en la Santa Misa ¡en el momento de la Consagración! (Confío en la responsabilidad de los señores obispos para impedir semejante tropelía). Si quieren un himno entrañablemente nuestro, que fortalece nuestra fe, que interpreten el Himno al Apóstol Santiago "patrón de las Españas y amigo del Señor" que reúne en Galicia, desde hace siglos, la fe cristiana de todo el orbe.

Hay otros asuntos graves, en este afán de organizar las cuestiones sagradas por quienes se declaran ateos... Tiempo habrá de comentarlas.