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Como si de la más alocada comedia se tratase, un hombre resolvió que lo mejor para evitar que cerrasen el bar en el que estaba era empotrar su tractor contra la puerta. El cliente no quería dejar de jugar a la tragaperras, pero los hosteleros pretendían echar el cierre.

El incidente ocurrió en Quintanilla de Onésimo, en Valladolid. Según informa el Norte de Castila, cuando los dueños le comunicaron que había llegado la hora de cerrar y que tenía que dejarlo el cliente se fue, pero regresó unos minutos después, ya bien entrada la madrugada del sábado. Y lo hizo al volante de un tractor, con la pala enganchada en la parte delantera, con la que destrozó literalmente la puerta lateral del local.

El asunto que fue presenciado por un grupo de jóvenes, pasó a mayores y los propietarios ni siquiera presentaron denuncia ante la Guardia Civil.