"El domingo pasado, mi hijo Martin, su corazón Nerea y mi cuñado Jorge trataban de escapar de las llamas en Chandebrito. Estaban tan mal las cosas que pensaron que no iban a poder salir de allí". Así arranca Javier Pitillas, una de las caras más reconocibles del proyecto Discamino, la carta de agradecimiento a Miguel Ucles, presidente de la Plataforma de Bomberos Públicos de Galicia, que salvaba la vida de otra persona más que se habían quedado atrapadas en las llamas del incendio que había convertido Chandebrito en un infierno.

El mensaje, publicado en el perfil que el agente de la Policía Local de Vigo tiene en Facebook, es un relato emocionado y significativo de lo que vivieron los vecinos de la parroquia de Nigrán el día que vieron cómo el fuego arrasaba las casas, el monte y se cobraba la vida de dos mujeres, Maximina y Angelina, al quedar atrapadas en la furgoneta en la viajaban huyendo del incendio.

"En medio de aquel caos, vieron un vehículo todoterreno del cuerpo de bomberos de Vigo. Le pidieron a su conductor y único ocupante que, por favor, les sacara de allí. Ese bombero era Miguel", explica Javier Pitillas en su mensaje. Junto a su hijo, la novia de este y su cuñado (en la foto) se encontraba una cuarta persona, que se subieron al transporte de Miguel Ucles sin explicarse todavía cómo fue posible que los sacara sanos y salvos "conduciendo a través de llamas y cegado por un humo que no dejaba ver por dónde iban".

Seis días después de la heroicidad, tres de los rescatados se han encontrado con Miguel Ucles en el Parque de Bomberos Teis-Vigo para darle las gracias y tratar de procesar la odisea que vivieron en el incendio de Chandebrito. "Les ha explicado que la profesión y la experiencia te hacen ver lo que los profanos no somos capaces de localizar: la térmica, la dirección de las llamas, los movimientos del humo...", escribe el sargento Pitillas en el texto publicado en las redes sociales. "Yo sólo sé que mi hijo Martín, Nerea y Jorge salieron de allí gracias a él. Un abrazo Miguel y nuestra eterna gratitud", remata.

La respuesta del bombero y la reacción de los amigos de Pitillas al emocionante mensaje no se ha hecho esperar. En la misma publicación de Facebook, Miguel Ucles escribe: "Amigo siento un alegría profunda y poder ayudar, como tú sabes, porque eres un excelente profesional y tu implicacion social es un ejemplo para mí. Es nuestra labor. Solo puedo sentir inmensa gratitud y felicidad amigo".

Héroes y tensión en el incendio de Chandebrito

Seis días después de las horas más trágicas de Chandebrito, parroquia de la parte alta de Nigrán, los vecinos intentan volver a la normalidad. Pero no es fácil. "El susto no me lo quito; despierto por la noche, no consigo dormir más de tres horas", relataba a este periódico Inés Domínguez, una de las cerca de 100 personas a las que el fuego acorraló durante horas.

"Le dije a mi marido: 'esto se acabó'", así explicaba a FARO María del Carmen el terror que ella y su marido habían vivido cuando estuvieron a punto de quedar atrapado por el fuego cuando una pareja de policías los intentaban sacar del pueblo en su vehículo por una vía bloqueada por las llamas.

Otro de lo testimonios más sobrecogedores del infierno de Chandebrito ha sido el de Eva Pérez, una joven que junto a su novio y su suegra lograron de escapar de un coche en llamas. El vídeo en el que muestra los momentos de angustia rodeados por el fuego cuando viajaban en la caravana con la que los agentes intentaron evacuar la parroquia ha dado la vuelta al mundo.

La historia de Rubén Rial y Fernando Méndez es la de la cara de los héroes. Cruzaron dos kilómetros de carretera en llamas para llevar agua a la parroquia de Nigrán dejando atrás a bomberos y policías que abortaron el acceso por el riesgo que representaba el incendio. "Nos miramos a la cara y no hizo falta decir nada. Había que ir porque la gente estaba en peligro". Fue así como Rubén Rial, el concejal de Vías y Obras de Nigrán, y Fernando Méndez, conductor de la empresa Cespa, decidieron arriesgar su vida.